
La campaña china de desinformación está diseñada para ahogar a los críticos que culpan a Pekín de propagar el virus y que le achacan que, al censurar las advertencias tempranas, retrasó la adopción de las medidas de salud pública necesarias.
Las autoridades chinas han llegado a sugerir que podría haber sido el ejército estadounidense el que "trajo la epidemia a Wuhan" o que el coronavirus podría haber estado "circulando en zonas de Italia antes de que los médicos supieran del brote en China".
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