Que NO, que Dios no quiere, por Alberto Calero (@acaleroj)

La frase es para leerla y volverla a leer: “Los embarazos después de una violación son algo que DIOS quiere que pase”. La ha dicho Richard Mourdock, candidato republicano al Senado estadounidense por Indianápolis. Y alguno ha dicho algo parecido en España. Y en los últimos años. Hay quienes se sitúan en contra del aborto y punto. No van más allá, no valoran los casos. La frase es una falta de respeto hacia todos pero, sobre todo, hacia la mujer. Hacia esa mujer que un día puede ser violada. Hacia esa mujer que un día espera un hijo no deseado ni buscado. Hacia esa mujer que, de no existir la despenalización del aborto en caso de violación, cometería un delito si optara por no seguir con el embarazo. No avanzamos. Pero, ¿qué otra idea se esconde tras las palabras de Mourdock?: la de que Dios “da y quita la vida“. Y no. No puede ser así.

Que no se puede decir que da la vida cuando quiere. Que no. Que no puede ser que diga a esta mujer le doy un hijo y a esta otra no. Que no se puede decir que quita la vida cuando quiere. Que no. Que no puede ser cierto que Dios decida cuándo un hombre se tiene que destrozar la cabeza en un accidente de tráfico. Que no. Que no puede ser verdad que Dios decida cuándo alguien tiene que sufrir un cáncer terminal. Que no. Que no puede ser él quien quite la vida. Que Dios no puede decidir cuándo será nuestro último día. Que no podemos decirle a un niño de siete años que ve morir a su padre que es porque “Dios se lo ha llevado“. Que no.

Que puede que Dios no exista. O quizás sí existe. Igual es que la estupidez, la ignorancia y la irracionalidad han violado y matado el cerebro de Mourdock. Y de éso no tiene la culpa Dios. Señor Mourdock, no diga tonterías.

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