- Confusión para pensar.
- Culpabilidad por las pérdidas, inseguridad.
- Llorar con facilidad.
- Problemas de concentración.
- Fatiga, desgana.
- Problemas de memoria.
- Problemas para dormir o descansar.
- Cambios en los hábitos alimenticios.
- Pérdida de la confianza en uno mismo.
- Culpar a los demás.
- Frustración.
- Desorientación en tiempo y lugar.
- Sentimiento de impotencia.
- Abuso de alcohol y drogas.
- Depresión, tristeza.
- Enojo, ira, irritabilidad.
- Miedo.
- Ideas de suicidio.
- Ansiedad.
- Sentimientos de aislamiento y abandono.
- Dificultades para retornar a la vida normal.
- Sentirse abrumado.
- Intensa preocupación por los otros.
- Nauseas, dolor de pecho o cabeza.
- Temblores musculares.
- Dificultad para respirar.
- Taquicardia.
- Aumento de la presión sanguínea.
- Recomendaciones para las personas afectadas
-
Habla con la gente, el hablar es la medicina mas curativa.
-
Comparte tus sentimientos y pensamientos con otros.
-
Busca compañía.
-
Ayuda a tus familiares y amigos lo mas posible, compartiendo sentimientos, escuchándolos.
-
Recuerda que uno es una persona normal con reacciones normales ante un evento anormal.
-
Darte el permiso de sentirte mal, tenemos todo el derecho.
-
Realiza algunos ejercicios físicos suaves, alternándolos con relajación, esto aliviara algunas reacciones físicas.
-
Estructúrate el tiempo, mantenerte ocupado.
-
No trates de disminuir el dolor con uso de drogas o alcohol.
-
Trata de mantener un ritmo de vida lo mas formal posible (mantén horas regulares para comer y dormir).
-
Escribe durante las horas de insomnio. Haz cosas o piensa cosas que te hagan sentirte mejor.
-
Toma pequeñas decisiones cotidianas.
-
Descansa lo suficiente para aumentar las fuerzas.
-
Mantén una dieta equilibrada, come regularmente, aunque no tengas apetito.
-
Recomendaciones para los familiares y amigos
-
Ponte a su entera disposición, todo el tiempo que sea necesario.
-
Ofréceles tu compañía y tu ayuda
-
Escucháles tratando de compartir sus sentimientos. Muchas veces no es necesario que les digas nada, sólo necesitan tener a alguien que les oiga
-
Deja que expresen libremente su pensamientos y sus ideas
-
No les cuentes otros sucesos similares que conozcas, el suyo es único en este momento
-
Permíteles llorar, sentir rabia o ira.
-
Comprende que pueden tener reacciones o palabras negativas contra ti, es normal en estas situaciones
-
Ayúdales en las actividades que deban realizar: tareas cotidianas, trámites, papeleos...
-
Si lo desean , déjales que estén solos
-
Ante determinadas pérdidas, debes saber que al afectado le resulta muy difícil tener esperanza en el futuro
-
No les des ningún consejo si no te lo piden, pero mediante tu escucha activa ayúdales a pensar y a tomar decisiones
-
Piensa que recuperarse lleva tiempo; cada uno tiene su propio ritmo para adaptarse a la pérdida sufrida. Pero si los síntomas son muy extremos o perduran mucho en el tiempo habría que buscar asesoramiento especializado
Fuente Cruz Roja Española