

Pero no, no vengo a hablar de esa hija de John Waters que, como bien dice el pletórico humorista y músico El Sobrino Del Diablo, en su vida ha afinado a la hora de entonar uno de sus singles, y sí de La Pérez, de aquella Patricia que junto a un histriónico Víctor Sandoval presentaban el desinhibido Mamma Mia. Ahora ella ha dejado sus valiosísimas actuaciones naïf para hablar de dietas, ya sean bajas o ricas en carbohidratos; por lo visto, su definitivo paso por Vuélveme Loca la hizo replantearse su necesidad de vivir trabajando para la pequeña pantalla –sobre todo tras ver las insufribles e intragables ínfulas de Tania Llasera, esa presentadora que por haber trabajado con algunas productoras británicas ya se creía el mismísimo Simon Cowell–. Pero parece ser que la nube negra aterrizó sobre las dos cabezas de las caras visibles de Mamma Mia, ya que Sandoval ha acabado rompiendo también con esa imagen de tipo extrovertido y cachondo, con ese humor tan arrabalero suyo. Y es que lo de Víctor ha sido para mal, transformando su privacidad personal en un circo entre el culebrón sudamericano y un reality: que si me río de Thalia, que si me pica una araña, que si me voy para el otro barrio, que si no, que si Nacho Polo, que si canto “Nachopolizate”, que si te quiero o no te quiero previo pago de Salvame Deluxe... En fin, el día a día de Tele5. Por cierto, ¿de qué estaba yo hablando? Ah, sí, de que entre la MTV y el canal de Paolo Vasile cada vez hay más concomitancias.
por Sergio Guillén