Las que he leído son, en general, decepcionantes: En algunas se nota que el autor de la recensión no ha ido más allá de la lectura de la tapa del libro. En otras, el comentarista ha leído hasta la introducción, de la que saca gran partido reproduciendo párrafos completos. Los más avezados establecen videollamadas con el autor, pero sus preguntas demuestran con claridad que no se ha leído el libro. En el mejor de los casos, apenas lo ha ojeado u hojeado.

Hasta tal punto que uno de ellos, cuyo nombre no citaré por pudor, no tiene empacho en confesar :
"Permítanme recomendarles un libro que promete ser una lectura apasionante para el verano: Los europeos, de Orlando Figes (Taurus). Aún no lo he leído, pero Figes es un tipo...".
Iba a decir "sin comentarios...", pero, ¿por qué no?. Que alguien, en una cafetería, te recomiende un libro de oídas tiene un pase. Que lo escriba alguien con una trayectoria a sus espaldas en un medio de comunicación, no es de recibo.
Pero no es un caso único. Otro crítico de prestigio, aprovechando el subtítulo del libro (Tres vidas y el nacimiento de la cultura europea) escribe: "...Un ménage a trois muy especial. Tres personajes están en el centro del libro...una decisión que Figes llena de posibilidades narrativas." Cualquiera podría pensar que el libro va de aventuras eróticas de los protagonistas, cuando en las más de 500 páginas del libro no hay ni un beso.
En definitiva, muchas de las reseñas no reflejan el contenido del libro y , en las entrevistas, se pregunta mucho a Figes por todo lo divino y lo humano y poco por su libro. Parecen responder a una potente campaña de marketing de Random House basada en la estrategia simplista del "habla de mí, aunque sea mal. Lo importante es que suene".
Y parece que funciona: Los europeos de Orlando Figes ha logrado auparse al tercer puesto del ránking de libros de Historia más vendidos en nuestro país durante el pasado mes de junio.