La paja en el ojo ajeno, por @MartaPastor

Si yo fuera el Presidente del Banco Central Europeo, esta mañana, sin más dilación, me pondría a comprar deuda española a la velocidad de la luz, cosa que veo que no está haciendo, pues la prima a estas horas, va que se mata ( y nunca mejor dicho), pues está a 630.

¿Y porque digo esto? – estaréis pensando…, pues fundamentalmente por sentido común, pues para llegar a esta deducción, ni siquiera hay que saber mucho de economía.

Supongamos por un momento que la prima de riesgo continua creciendo por encima de los 600, entonces los tipos de interés de la deuda soberana subirán hasta tal punto que llegue un momento que no podrá refinanciarse, y  qué duda cabe, que entonces vendría el tan temido rescate, pero no solo el nuestro. A continuación Italia caería inevitablemente y, ya no habría dinero para rescatarla. El euro se rompería y, el Banco Central Europeo, ya no tendría ninguna necesidad de existir, bueno ni el BCE, ni la eurozona, amén de que esa ruptura del euro llevaría al caos a toda la economía mundial.

¿Por qué, para que sirve el Banco Central Europeo? ¿Cuál es su misión? Pues fundamentalmente como cualquier Banco Central su papel principal es ocuparse de las políticas monetarias, y entre otras cosas tiene la obligación de generar liquidez para así mantener alejada la inflación y preservar la buena salud del euro, cosa que estos momentos no está haciendo, con lo cual está tirando piedras (que digo piedras, verdaderos cantos) contra su propio tejado, pues el euro es a día de hoy la moneda europea objeto de su trabajo.

Hoy el BCE, debería ponerse por fin a hacer sus labores y colaborar en esa reducción de los costes de la duda pública española e italiana, porque está claro que los intereses se están comiendo día a día la liquidez de la nuestra economía y también de la italiana, y hace que nuestro déficit sea cada vez mayor. Lo que tenemos encima ya no es moco de pavo, para 2013 los intereses estarán alrededor de los 9000 mil millones, un dinero que, digamos se lleva el viento, pues con él no se van a poder pagar ni servicios, ni inversión pública, ni los bancos tampoco podrán dedicar sus recursos a la financiación de empresas. No hay que olvidar, que ahora mismo son los bancos españoles (algunos, que no todos) los que están comprando deuda española en la subasta (véase el ejemplo del pasado jueves).

Draghi se equivoca, o lo que es peor, quiere equivocarse, porque esto, que entiendo yo con una claridad meridiana, creo que a él no debe serle muy difícil de entender. Las instituciones públicas, como el BCE, deben ser gestionadas de una manera eficaz y procurar el mejor servicio público a los ciudadanos, y las personas que están al frente de ellas, como en el caso de Draghi, no pueden hacer dejación de sus funciones, como estamos viendo estos días, ya que los daños, en algunos casos, serán irreparables para la ciudadanía. El BCE no está por encima del bien y del mal, y se sujeta, como cualquier otro estamento público, a las mismas normas, y si tan punible es que políticos españoles hayan mirado para otro lado en la gestión de la crisis de nuestro país, igualmente sucede con los políticos europeos, que no me duelen prendas en decirlo y escribirlo, pues este mal hacer, esta perversión en el modo de gestionar el Banco Central Europeo, está haciendo que nos encontremos todos, y digo todos, incluido Draghi y su tan amado BCE, en una situación realmente embarazosa y desde luego peligrosa donde las haya, pues estamos a punto de asistir, de seguir así la cosa, en un drama en el que muere hasta el apuntador…

Son las nueve y media de la mañana. No llueve en Pozuelo y la temperatura exterior es de 24 grados. El refrán de ver la paja en el ojo ajeno, y  no la viga en el propio, le viene que ni pintada a Draghi esta mañana.

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