Vivimos tiempos de cambios. A todos los niveles. Muy rápidos. Requieren respuestas inmediatas a riesgo de perder pie en el estribo de la era digital que arrasa de la mano de las nuevas tecnologías. Su desarrollo exponencial nos obliga a digerir las transformaciones que se producen en nuestro entorno a velocidades de vértigo. Y ocurre con unas características muy específicas en el mundo del periodismo, una de las profesiones más bellas del mundo, sometida hoy a unas “pruebas de estrés”, como se dice ahora, casi insoportables.
Primero fue el cambio que supuso adaptarse a los soportes digitales. A continuación, una tremenda crisis económica que ha llevado al periodismo a un lamentable estado de precariedad, origen de muchos males que llevan a una práctica de la profesión lejos de la excelencia profesional y del buen uso de la información deontológicamente hablando. Pero hoy nos enfrentamos a un reto mayor: el de pasar de la información unidireccional, es decir del emisor al receptor, a la información interactiva. Es decir un ámbito en el cual la información está a disposición de todo el mundo y en el que todos pueden comunicarse con todos. Una revolución en el sentido más genuino de la palabra. Hay que redefinir una serie de conceptos que se han visto superados por una herramienta impensable en el siglo XX, la socialización de Internet. Algo así, como “la ciudadanía, al poder” a través de una información abierta, libre, cierto que no siempre aséptica, pero a la vez, lejos de la sumisión a censuras encubiertas, pero censuras, de la prensa tradicional. Una información emanada y transmitida por las redes sociales y/o a través del que se ha dado en llamar periodismo ciudadano.
Sobre estas premisas, acaba de tener lugar en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona el congreso Global Editors Network en el que han participado destacadas personalidades de la profesión como su director, Ricardo Kirchbaum, con un interesantísimo análisis de la situación de los medios, inmersos en una transformación tecnológica histórica, o el redactor en jefe de la edición digital de “The New York Times”, Aron Pilhofer, o Vint Cerf, actual vicepresidente de Google, considerado “el padre de la interconectividad a Internet”, entre otros. El título del foro “La cuarta dimensión” deja patente que la profesión se enfrenta hoy a un nuevo reto. Creo apropiado traer aquí una reflexión de cada uno de ellos sobre tan importante transformación.
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