Ya no me quedan muchas aventuras indias en el tintero, pero hay una que quiero plasmar aquí antes de que se me olvide del todo. Quiero escribir del día que conocí a una familia parsi en Bombay, una ciudad de 20 millones de habitantes donde se encuentra la mayor comunidad de seguidores del zoroastrismo que hay en el mundo. Ellos me hablaron de su religión y de su costumbre de entregar los cuerpos de Sigue leyendo →
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