Esto del periodismo no es lo que me habían contado, por @LorenaCan0

El periodismo no es lo que yo creía. O, por lo menos, lo que había visto en películas, en series o, incluso, lo que me habían contado en la universidad mis profesores que, casualmente, jamás habían pisado una redacción.
El periodismo, a día de hoy, ni siquiera creo que sea como dicen ahora “de Estado”. Llevo sólo cinco años en esto, pero para mí el periodismo de ahora, el que leo y el que hago, es “de empresa”, “de negocios” y sobre todo, “de enchufe”.
Esta profesión que tanto hemos adornado de manera romántica, y me incluyo como la que más, se ha estereotipado. Parece que ser una “vieja gloria” o decir que has hecho o deshecho las lindezas de los nombres más destacados del panorama mediático, es suficiente para ejercer como periodista emérito sin ningún otro mérito que el de imponer por doquier.
Evidentemente hay excepciones que confirman la regla (y menos mal), pero me asusta que cada vez sean menos. Es inevitable preguntarse a dónde nos lleva todo esto, pero no sólo me refiero a las nuevas generaciones de periodistas, si no a la humanidad en general.
Los medios de comunicación son, como se suele decir, el “contrapoder” que tiene como objetivo destapar lo oculto y hacer llegar a lo más alto lo que nadie se atreve a decir. Pero, ¿qué pasa si los que mandan deciden hacer ese periodismo “de enchufe” que miente más que habla? ¿Qué debe hacer el periodista, claudicar o imponerse? Evidentemente todos diríamos que imponerse pero, al final, claudicar te asegura la nómina cada mes. Y ahí comienzan los problemas. Porque las facturas estarán pagadas, pero el proceso de declive de lo que tú considerabas “periodismo” ya es imparable.
Y es que ya todo vale. El intrusismo laboral, las malas prácticas, la cantidad por encima de la calidad, e incluso la inmediatez antes que la sensatez. No hago más que escuchar que no hay que buscar culpables, sino soluciones, pero es que no es así.  ¿Por qué tengo que ver como la profesión se colma de personas sin formación, mientras nos siguen vendiendo las “5 W” del periodismo como la base de nuestro trabajo? ¿Por qué ser periodista se está convirtiendo en sinónimo de “ver, oír y callar”?
No sabemos lo que tenemos, hasta que lo perdemos. Pero lo peor es echarlo de menos sin nunca haberlo tenido.

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