El precio de una Liga, por Alberto Martín @dycturf

¿Se ha salido Mourinho con la suya? Sólo el lo sabe. Su ego, ya de por si agrandado, estará exultante al escuchar como una parte del madridismo, la más ruidosa y difundida por la prensa deportiva madrileña, le ha colocado en los altares. No lo sé, pero me lo puedo imaginar como el Santiago Bernabéu le recibirá mañana al grito, jaleado e iniciado por los Ultras, de “José Mourinho, la, la, la”. Y, de verdad, que se me pone la carne de gallina. No de admiración, sino de incredulidad.

Esa misma gente, tal vez, si el resultado ante el Bayern no es del todo positivo o si luego no regresa con la Décima en la final de Münich, volverá a poner en tela de juicio los planteamientos tanto dentro como fuera del campo del portugués. Veletas de resultados. Ahora el viento sopla a favor. Todo ok. Cantemos.

Lo mejor que le podría pasar al Real Madrid es que Mourinho sufriera su último ataque de prepotencia, en esta época de ego absoluto, y saliera del club hacia cualquier otro destino. Es verdad, que el sábado pasado sus jugadores le respondieron a la perfección en el Camp Nou y, a pesar de que casi ninguno de ellos ha llegado al Real Madrid para jugar a la defensiva, supieron interpretar el partido contra el Barcelona con las armas que les dieron desde el banquillo y, con ello, sentenciar una Liga  que, indudablemente, no le sabe igual a los madridistas antes que después del Camp Nou. Ahora se disfruta cuando iba camino de padecerse hasta la última jornada.

He de reconocer que me sorprendió el rendimiento defensivo. No me esperaba una actitud tan perseverante durante los noventa minutos para frenar el juego de creación del Barcelona. Aún así el Real Madrid ganó por tener la pegada que le faltó al Barça. Es un hecho.

No obstante, esta victoria poco o tiene que ver con el dominio del partido o con la superioridad mostrada a la contra en ocasiones recientes por el mismo Barcelona, pero es también un triunfo con todas las de la ley. Certifica una Liga ganada de principio a fin. Nada que objetar. Felicitar.

Volvamos al portugués. Y constatemos algo simple, rápido y elemental. El problema actual no es suyo,  porque se le podrán decir muchas cosas, pero lo que no se le puede poner en tela de juicio es que haya cambiado un ápice ni su forma d ser ni su manera de interpretar el fútbol. Quién le contrato lo sabía. Y lo hizo para ganar al Barcelona, importándole poco el precio a pagar. Ese sí que se ha salido con la suya, porque además ahora ve como muchos de sus socios hasta lo aplauden y les ha dado igual el como.

Y es que quizá el sepa mejor que nadie, que en el fútbol no hay memoria y sólo importa el resultado del último partido. Si es así. Enhorabuena a los madridistas. No queda otra. La Liga ha salido cara, pero llega a las vitrinas y además se le ha ganado al Barça en el Camp Nou. Con en esa filosofía no se le puede pedir más. Ni a Mourinho ni a Florentino. Lo malo es que el precio a pagar ha ido al debe del Real Madrid.

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