El espejo del ‘7’, por Alberto Martín @dycturf

Hace ya varios años escribí acerca de la catalogación de crack que algunos hacían de Raúl González Blanco. En aquel momento de Raulismo extremo, me desmarqué de esa tendencia porque no encontraba argumentos para llevar al ‘7’ al mismo altar en el que por aquel entonces estaban Ronaldinho, Ronaldo o el mismo Zidane

Sin embargo, reconozco que nunca imagine que el tiempo jugaría en favor de Raúl como lo ha terminado haciendo y que su capacidad de sacrificio se mantendría con su inteligencia innata hasta 2012. Con el tiempo, como el buen vino, Raúl ha sabido llegar a ese altar, donde por calidad ni se le esperaba.

Hablar del pasado de Raúl es de todos conocidos. Tiene detractores y defensores a ultranza. A mí, ya lo he dicho, me ha convencido con el tiempo y nada de lo que escriba aquí les sacará de su idea. La tienen y punto.  Es suya. Tan válida y argumentada como la de cualquier otro. Y como hay argumentos para agarrarse a los dos lados que cada cual se mantenga en el suyo. Pero Raúl no se acaba en el Schalke.

El debate de Raúl perdurará con el fútbol y se convertirá en un mito, un referente para un estilo futbolista que ahora mismo, por más que algunos les guste, se encuentra arrinconado por el futbolista más técnico, más de toque y si me apuran hasta más elegante. El ‘7’   tenía sus carencias en lo técnico pero las supo suplir con inteligencia y capacidad de entrega para su profesión. Eso es lo que le hizo diferente.

Raúl se retira con la espina de no haber formado parte de la generación de futbolistas que le han dado a España el Campeonato de Europa y el Mundial. Su adiós de la selección, con patética rueda de prensa de Luis Aragonés incluida, siempre tendrá sombras. Nunca renunció. Le apartaron y los resultados es indudable que han dado autoridad a esa decisión, pero pensar que él era culpable de que no se diera el salto de calidad con el equipo nacional va un abismo. Lo que sí parece desde fuera es que Raúl sentía la selección y el fútbol de una manera diferente que lo hacen jugadores como Iniesta, Villa, Casillas, Piqué o el mismo Xavi. Jugadores con más calidad que testosterona. O lo que es lo mismo calidad y toque en contraprestación a la viveza y a la garra. Y ya no sólo en el campo, sino también en el vestuario. Raúl pertenece a un fútbol pasado y con otros valores. Ni mejores ni peores.

Con la retirada de Raúl se acaba parte de ese fútbol pero siempre saldrá algún otro jugador para recordarnos su figura porque el fútbol tiene muchas maneras de ser grande. Y una de ellas tendrá el espejo del ‘7’.

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