Los europeos estamos afrontando una dura crisis económica. Una crisis que se está llevando por delante a gobiernos de diversos países miembros, de diversas ideologías.
La Europa que yo quiero, es una Europa humanista, que ponga al “ciudadano europeo” por delante del “consumidor europeo”…algo que creo que “hoy por hoy” no es posible.
Los ciudadanos europeos ven “muy lejos” a la Unión Europea. Y en realidad no somos conscientes de que gran parte de nuestra vida diaria está regida por normativas y leyes que se aprueban en el corazón europeo.
Por otra parte, la crisis económica está haciendo aflorar ideologías trasnochadas, antieuropeas y ultranacionalistas, tal y como se ha visto en las últimas elecciones griegas. Es por ello los políticos europeos deberían reflexionar sobre las consecuencias que tiene someter a los ciudadanos a “duros recortes” de derechos ciudadanos.