Desde “Oklahoma’s Going Dry” nos llegan las hojas otoñales que levanta el pedal steel de Rick Shea, rememorando los instrumentales puntos álgidos de un vinilo como Desire (Bob Dylan) y el dramatismo de las narraciones contadas por Charley Patton. Corte a corte cambian las estaciones emocionales, los recodos de un alma compartido por cada miembro de este superlativo combo. Unos científicos de la canción con tierra en las botas y sueños en el horizonte que igual que cantan cinco minutos de reloj, pueden zafarse por desconocida ruta paralela, de escaso minuto de duración, por la que hacer críticas bien merecidas a aquellos que hacen peligrar nuestras vidas en la carretera (“Stop Driving Like An Asshole”).
Del humor desprendido al repasar recuerdos con la muy divertida “Rock’N’Roll Cymbal From The Seventies” pueden, con un par de saltos, llegar a una pieza de cierre que te raja el pecho con su corto pero afilado y coherente texto: «El río fluye negro y lento, el río sabe el camino que debe tomar. Piel y huesos, la lucha, el río nos llevará al hogar». Exquisitos.