"Pero nada pueden bombas, rumba la rumba la rumba la
donde sobra corazón, ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!"
No importa si han visto ¡Ay, Carmela! en teatro o en cine porque nada que ver con el estupendo montaje musical de Andrés lima. Emocionante, divertido y muy emotivo: ¡Ay, Carmela! El Musical. Imprescindible y más en estos tiempos...
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!"
Del casting solo tengo elogios, Inma Cuesta se sale como Carmela. Su retrato refleja a una mujer joven de inigualable belleza española, dulce, divertida, valiente y luchadora que auna la comedia y la tragedia como nadie, al son de una voz deliciosa. La Carmela de Cuesta nada tiene que envidiar a las otras grandes Carmelas, Carmen Maura (cine) o a Verónica Forqué (teatro).
Aunque en principio no me encajaba como pareja de Cuesta, hay que reconocer que Javier Gutiérrez está fantástico. En su su línea cómica pero demostrando con cada escena muchos matices complicados. El trio protagonista lo cierra la gran Marta Ribera, vozarrón al servicio de una narradora que entra y sale de escena, conduciendo a los espectadores por el transcurso de la historia. Se luce con varios registros perfectamente interpretados y cantados.
Foto: Javier Naval
Volviendo a las interpretaciones, los secundarios están espectaculares, grandes cómicos y actores. Destacar el trabajo de Álvaro Morte como Peláez, militar falangista que consigue resultar cómico sin dejar la agresividad, la soberbia y la altivez de un personaje duro. Impactante trabajo el de Morte y una pena que no se aproveche el apunte, que en un momento de la función se da, sobre una relación entre Peláez y Carmela. Podría dar más juego si cabe.
Gran trabajo también el de Javier Enguix y Javier Navares, sin duda los más cómicos y divertidos y por último, poner en valor a Pablo Raya, que sobrecoge al espectador y que se marca una de las escenas más emotivas.
Las proyecciones introducen en esta obra de teatro musical, la emoción y la dureza de unos tiempos muy difíciles para nuestro país. ¡Ay, Carmela! El Musical es una reflexión sobre la tragedia de la Guerra Civil, sobre la memoria, la libertad, la valentía de las mujeres y un homenaje a quienes dieron su vida defendiendo la libertad.
Se puede debatir sobre pequeños elementos que puedan gustar más o menos, pero es indiscutible que se trata de uno de los mejores montajes musicales que han atravesado la escena española. Una obra muy nuestra que pone en evidencia que tenemos historia, músicos, escritores, poetas, canciones, directores, productores, actores y cantantes brillantes que no necesitan copiar ni traer nada de fuera, y este es un ejemplo del buen hacer y de un maravilloso resultado.
Realmente consiguieron emocionarme.
Nota:
Y con vuestro permiso, me tomo el atrevimiento de dedicar este crítica a quien me enseñó a tener dignidad siempre, a saber que mi libertad nadie me la puede cortar, a ser una mujer valiente y a nunca dejar de leer ni de aprender cosas nuevas "porque la cultura y la educación evita guerras" decía él. Alguien, que vino de Francia con 18 años en 1936 voluntariamente, para defender la libertad y al gobierno legitimo español elegido por sus ciudadanos. A Mi abuelo Martín, si todavía estuviera aquí, habría salido emocionado.
Ficha:
Basada en la obra de José Sanchís Sinisterra
Adaptación: José Luis García Sánchez
Director: Andrés Lima
Productor: Andrés Vicente Gómez
Elenco: Inma Cuesta (Carmela), Javier Gutiérrez (Paulino), Marta Ribera (Narradora/Gustavete), Javier Navares (Ripamonte), Álvaro Morte (Peláez), Pablo Raya (Joe), Javier Enguix (Ejercito español/Cura)y Sagrario Mielgo (Cover
Teatro: Teatro Reina Victoria
Música y arreglos: Joan Valent
Director musical: Julio Awad
Escenografía y vestuario: Beatriz San Juan
Iluminación y proyecciones: Valentín Álvarez
Movimiento escénico: Teresa Nieto
Caracterización y maquillaje: Sara Álvarez
Diseño de sonido: Fran Gude
Efectos de sonido: Javier Almela