3 años después de la tragedia de Charlie Hebdo, periodistas de todo el mundo siguen amenazados, por Reporteros Sin Fronteras (@rsf_es)
Escribir o hablar sobre asuntos religiosos sigue siendo espinoso, hasta el punto de que se corre el riesgo de perder la vida. Tres años después de que 12 personas fueran asesinadas en la sede parisina del semanario satírico francés Charlie Hebdo, el 7 de enero de 2015, quienes censuran en nombre de Dios todavía representan una de las amenazas más graves para la libertad de información en casi todo el mundo.
De un continente a otro, los llamamientos a la muerte de periodistas acusados de blasfemia circulan ampliamente en las redes sociales. En Francia, internautas anónimos piden más ataques contra Charlie Hebdo. En Bangladesh, se hacen llamadas para que Shyamal Dutta, director del diario Bhorer Kagaj, y sus trabajadores sean ahorcados públicamente porque un artículo del 23 de diciembre decía que un libro sobre los hadices (los dichos del Profeta) publicado por un la entidad gubernamental contenía comentarios "vulgares".
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